lunes, abril 21, 2025
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Dolor de espalda por emociones

Cuando se sufre dolor de espalda, sobre todo de manera crónica, las molestias y las limitaciones que éste produce puede hacer que se manifiesten ciertas emociones negativas, como la irritabilidad o la preocupación. Aunque el dolor de espalda puede producir estas emociones, estos sentimientos también pueden contribuir a que se produzca dolor de espalda.

¿Cómo nos afectan las emociones a la espalda?

Cuando se sufre un dolor de forma sostenida sin que se presente una evidencia física se puede hablar de un dolor psicógeno.

El dolor psicógeno se utiliza para describir el dolor que se puede atribuir a factores psicológicos. Estos factores pueden ser creencias, miedos, memorias o emociones que inician o empeoran el dolor.

Este tipo de dolor no resulta por una estimulación física o una alteración sensitiva, sino por una causa psíquica. Sin embargo, aunque no se encuentre una causa física subyacente, el dolor es real y debe tratarse.

Algunas emociones sí pueden producir dolores con un origen físico. Por ejemplo, cuando sufrimos miedo, estrés, o ansiedad, es posible que mantengamos posturas que pueden producir dolor.

Por ejemplo, podemos tender a curvar la espalda y replegarnos sobre nosotros mismos, generando mucha tensión en la musculatura y produciendo contracturas.

En casos de depresión, también es frecuente que aumente el sedentarismo y el reposo, lo que puede también puede contribuir a una reducción de la movilidad y la aparición de dolores.

Además, cuando se sufre miedo, decepción, angustia o ansiedad, entre otros sentimientos, se produce un desequilibrio químico en el cerebro. La irregularidad entre los niveles de serotonina y norepinefrina genera, entre otras cuestiones, una mayor percepción del dolor.

¿Cómo podemos tratar y prevenir el dolor de espalda por emociones?

Igual que se recomienda cuidar la postura y mantener buenos hábitos corporales para que el dolor no nos genere emociones negativas, también es importante cuidar la salud mental para que ésta no repercuta en nuestra salud física.

Para ello, es importante que identifiquemos y gestionemos nuestras emociones y que nos demos tiempo para nosotros mismos, por ejemplo, para realizar meditación.

Para prevenir y tratar el dolor de espalda crónico debido a ciertas emociones, será fundamental recibir la ayuda de un profesional psicólogo. Será más recomendable que éste pertenezca a una Unidad del Dolor, para así tener una visión más amplia del problema y actuar de forma más efectiva.

Este profesional podrá valorar qué situación produce el sentimiento negativo y cómo la emoción se refleja a nivel físico y se produce el dolor de espalda. Conociendo esto, podrá realizar un tratamiento para solucionar el origen del problema y para que el paciente sepa abordar sus sentimientos para que sobrelleve y prevenga el dolor.

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