Con anterioridad os hemos explicado acerca de en qué consisten la cifoplastia y la vertebroplastia para el tratamiento de las fracturas y aplastamientos vertebrales, cómo se llevan a cabo y cuáles son sus beneficios. Cuando se habla de estos problemas de salud suelen mencionarse ambos procedimientos, pero, ¿en qué se parecen y en qué se diferencian? ¿Cuál consigue mayores resultados?
Cifoplastia y Vertebroplastia
Ambas son técnicas percutáneas y mínimamente invasivas para el tratamiento de las fracturas y aplastamientos vertebrales, en la mayoría de los casos causados por la osteoporosis. Se suelen recomendar cuando otros tratamientos más conservadores no han resultado efectivos.
Ambas tienen en común el hecho de que se rellena la vértebra o vértebras afectadas con un cemento especial (Polimetilmetacrilato o PMMA) para reforzar la vértebra afectada y reducir el dolor.
Diferencias entre cifoplastia y vertebroplastia
El procedimiento es muy similar, realizándose pequeñas incisiones, guiándose por imágenes y llevándose a cabo de forma ambulatoria. Sin embargo, la cifoplastia se distingue de la vertebroplastia en que esta consigue, además de reforzar la vértebra dañada y aliviar el dolor, corregir la deformidad y recuperar la posición y altura de la vértebra.
Esto se consigue mediante la introducción de un balón especial dentro de ella, que se hincha de forma cautelosa, o bien mediante la introducción de un pequeño muelle de titanio que sostiene a la vértebra. Una vez posicionada la vértebra, esta se refuerza con el cemento.
Resultados de la cifoplastia y la vertebroplastia
Tanto la vertebroplastia como la cifoplastia son procedimientos seguros y eficaces, que mejoran el dolor y que aumentan las habilidades funcionales de la persona afectada, permitiéndole volver a un nivel de actividad anterior.
Aunque los dos procedimientos tienen estas ventajas, cabe destacar que la cifoplastia consigue un paso más y es superior a la vertebroplastia porque tiene capacidad de corregir la deformidad de la vértebra, además de existir un menor riesgo de fuga del cemento. Esto es debido a que al mejorar la forma y posición de la vértebra tratada, se reduce la posibilidad de que se vuelva a deformar.
